Para comprender cual era la posicion politico-moral de los mas altos funcionarios de la cancilleria huertista, se transcriben, textualmente, los siguientes parrafos tomados de las memorias del Lic. querido Moheno, secretario de Relaciones Exteriores del usurpador, de octubre de 1913 a febrero de 1914
"Para que el lector se forme una idea, basta decir que salvo el ministro De la Lama, que contaba con toda la confianza del general Huerta, ninguno de nosotros sabia una palabra de las negociaciones de Niagara Falls. Sin consultarnos, se mando a los delegados, se les dieron instrucciones, y se les despacho a su destino. Jamas conocimos un telegrama de los delegados, ni llegamos a saber, sino por la prensa, que fue lo que se acordo en Niagara Falls; tal era la situacion de los ministros."
"En los primeros meses, el general Huerta recibia a los ministros y al publico en su casa de la calle de Liverpool en las mismas horas de la mañana hasta eso de las diez; luego salia a dar un paseo en automovil; entre doce y dos de la tarde, generalmente, asistia a Palacio, a donde volvia casi siempre a las seis y por ultimo, en la noche, nuevamente podia versele en su domicilio; pero en los ultimos meses, el automovil fue una obsesion del presidente; alli despachaba, alli recibia hasta ministros extranjeros y comisiones de las camaras, alli firmaba y alli solia comer. a Palacio no volvia jamas, en su casa no se le encontraba nunca, y hasta para nostros, los ministros, constituia una tarea pesadisima y ardua encontrar al presidente"
Ramirez Plancarte, Francisco; La Revolucion Mexicana (1948)