domingo, 15 de mayo de 2011

La Ingeniería mexicana en la aeronáutica

Definitivamente en México hay escaza información acerca de ésta rama, hay esfuerzos grandes de personas que han ocupado tiempo y hecho grandes trabajos, así como también gastado dinero propio en sus investigaciones. Es innegable que hasta la fecha, los progresos que se hacen en esta área parten de la investigación militar derivando de ahí su uso civil. Por tanto lo referente al estudio de la aeronáutica parte prácticamente de la aviación militar.

Solo en sus principios, en nuestro país si fueron pruebas 100% en el área civil,  pero inmediatamente se le buscó su aplicación militar, sea por una u otra razón. Por lo anterior la mayoría de la información que prevalece es de carácter militar.

El primer vuelo de un avión en México fue realizado por Don Alberto Braniff el 8 de Enero de 1910 en su Hacienda de Valbuena, (en donde ahora se ubica parte del aeropuerto, la Colonia Jardín Balbuena, y parte de la Colonia Moctezuma D. F.) junto a la Estación de San Lázaro. Logró elevarse cerca de 40 metros. Esta crónica puede comprobarse en el periódico “The Mexican Herald”.

Su avión era un Voisin Modelo XIII, biplano del tipo “canard”, con motor de 25 HP con hélice de dos palas.

A principios de 1910 el gobierno mexicano envió al Capitán de Ingenieros Federico Cervantes a estudiar aviación en Europa.

Se sabe de la intención de construir aviones denominados “caballitos del diablo”, propuestos por los Ingenieros Leopoldo Zea y Arturo Certucha. Se ignora la causa por la que no  se llevó a cabo el proyecto.

Es curioso ver y constatar que en la Secretaria de Fomento fueron presentados varios proyecto de mexicanos, para construir aviones, pero no se sabe si se construyeron o no.

La historia de la Aviación en nuestra Patria está llena de mucho sacrificio, esfuerzo y frustraciones ya que por causas diversas se impidió el avance de la ingeniería en esta rama. Es muy extensa la historia a pesar de todo, ya que de una manera u otra México no podía quedarse muy postergado  a nivel mundial.

Por último citaremos que: en México se construyeron Microplanos Serie C en los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, México con motor Hispano-Suiza de 150 HP. Hélice Anahuac. Con envergadura del plano superior de 8m, envergadura del plano inferior de 6.80 m, distancia entre planos  de 1.5 m, velocidad máxima 210km/hr.

Aunado al anterior, se construyeron también los Biplanos Serie A y los Parasol Serie H

Estos aparatos así como una serie de hélices, se dejaron de construir a partir de 1923 a raíz de la firma de los Tratados de la Amistad (E.U.) o Tratados de Bucareli como se conocen en nuestro país. Estos tratados eran requisito indispensable  y sin discusión por parte del gobierno norteamericano para reconocer al gobierno mexicano del General Alvaro Obregón Salido.

Era tanta la euforia e interés por la aviación que despertó gran curiosidad – entre otros – el invento del Sr. Luciano González B, quien a base del esfuerzo y fuerza de las piernas, con aditamentos adecuados, insistía que, podía volar. Se ignora si se realizaron las pruebas o no. Estos datos se encontraban en la Secretaria de Fomento.

Bibliografía:

Resúmen histórico de la aeronavegación.-  Emilio Carranza C. Biblioteca del Oficial Mexicano.

Aviación Militar Manuel Ruíz Romero 2004.

Historia de México básica 1910–1970 Ing. Federico Juárez Andonaegui.

Hemeroteca Nacional UNAM.

Archivo general de la Nación.



El presente escrito fue hecho por el Ing. Federico Juárez Andonaegui, agradezco personalmente la participacion de tan habil escritor

martes, 3 de mayo de 2011

Altares abiertos, la colonizacion espiritual

Altar abierto en Otumba
Despues de la conquista, los españoles tenian un gran problema, habian eliminado solo a la clase dirigente, grandes masas de pueblo llano permanecian sin guia alguna, hacia falta ejercer un control sobre ellos, la conversion religiosa parecia ser la forma mas adecuada de someterlos.

La planta de las iglesias de la epoca colonial temprana, es peculiar, a la cabecera de una gran explanada, la fachada de la iglesia de tipo medieval, se alargaba junto a un edificio habitacional (usualmente un seminario), en cuya planta inferior se abria un altar, dentro de un gran nicho, a donde se colocaba una imagen, un santo o una cruz, a este tipo de altar se le llama Altar Abierto, se crearon por la sencilla razon de que los habitantes no entraban a las iglesias cerradas; en el altar abierto se realizaban peregrinaciones, fiestas, bailes o representaciones teatrales de las escrituras, con ello superaban la barrera del lenguaje y atraian al pueblo a la nueva religion.

Junto a ellos, se tomo la decision de renombrar las poblaciones, cambiandoles sus nombres tradicionales por otros, que fueran de santos catolicos, asi surgieron San Pedros, San Pablos por doquier; regularmente se tomaba el nombre del Dios azteca patron de la zona y se le reemplazaba por el santo patron equivalente, asi el dios Azteca Tlaloc era reemplazado por San Juan (el santo de las lluvias).

Sin sacerdotes nativos y con la pena de muerte para quien osara adorar a los viejos dioses, se esperaba que la insercion cultural de una nueva religion progresara, pero claro, ese optimismo nunca estuvo muy bien fundamentado, en su mente sencilla y claro pragmatismo, los habitantes solo cambiaron de nombres de sus dioses, pero siguieron adorandolos bajo otra forma, en ese tipo de catolicismo tan sui generis que tenemos en Mexico, donde a los santos se les adora como dioses, y a los dioses catolicos no se les menciona mucho.


Autor: Sergio Tellez Morales