Historias olvidadas de nuestra tierra
Por: Ing. Federico Juárez Andonaegui
Nuestro personaje era de origen suizo, embarcó rumbo al continente americano en el mes de Junio de 1834 llegó a Nueva York en Agosto de 1834. Para 1835 ya era dueño de un restaurante en dicha ciudad. Atraído por el Oeste MEXICANO de la ALTA CALIFORNIA, emigró en 1836 hacia el oeste mexicano con caravana de 3 carromatos llenos de diferentes mercancías. Luego de varias peripecias en el mes de Mayo de 1839 llega al puerto de Vancouver, Canada.
En este puerto - se dice - depositó todo su dinero y se embarca rumbo a la Alta California en el velero “Columbia”, pero esta embarcación no hacia viaje directo sino que primero iba a las islas Hawaii y de ahí a tierras mexicanas.
Al llegar a Honolulu entró en contacto con dueños de varias factorías y les expuso su plan de colonización, estos aceptaron y se embarcaron rumbo a su destino final, llevando consigo a 150 trabajadores hawaianos denominados “canacos”. Desembarcando por fin en la Alta California en el mes de mayo de 1840. En Sacramento se presentó ante el Gobernador a quien le expuso su plan de colonización el que fue aceptado otorgándosele una concesión primera por 10 años.
Se estableció en el Valle de Sacramento, llamando a su rancho “Nueva Helvetia”. Para 1842 después de grandes esfuerzos, a los dos años de establecido su Hacienda era la más próspera, tenía un fuerte para defender sus posesiones, en donde laboraban 300 personas junto con sus familias, contaba con 18 cañones, 4,280 bueyes, 1,580 entre caballos y mulas, 12,000 carneros, 6,760 cerdos, 1,370 vacas además de otras especies. Por lo mismo llegaban cada vez, más migrantes. También compró las granjas que eran propiedad de rusos1 quienes por una u otra causa ya querían irse de esas tierras
En 1843 hubo un ataque –al fuerte de Suter - de grupos étnicos del norte de México, conformado por 2,500 hombres a quienes derrotó por su mayor capacidad de armamento. Se dice que al día siguiente los vencidos que quedaron vivos fueron a rendirse ante Suter y pidieron trabajo, por lo que aumentó aún más la población.
En vista de lo anterior el Gobernador mexicano lo nombró Capitán de Guardias Fronterizos. Suter se declaró fiel servidor de la grandeza de su nueva patria. En ese momento le fue concedido “la propiedad de 20 horas cuadradas” de tierra a caballo.2
Por lo mismo, en donde hay progreso hay atracción por establecerse y fue por lo que otras poblaciones surgieron en estas ahora fértiles tierras; ya que Suter había construido magnificas carreteras hacia diferentes direcciones y sus barcos llevaban a diferentes direcciones los productos y mercancías que él producía.
Otra vez en 1843, más grupos étnicos volvieron a atacar las tierras de Suter, y de nuevo los volvió a derrotar, pero ahora la batalla fue más cruenta. Por fin se logró la paz.
Todo iba “viento en popa” pero llegó el año de 1848, en que a la República Mexicana, le fueron arrebatadas las tierras del norte y con ello la desgracia para Suter, ya que un obrero suyo al estar escarbando tierra con un zapapico (”talacho”), junto a una fábrica, encontró oro y en cuestión de segundos, otros más también lo encontraron en esa misma área. Aunque Suter trató de que guardaran el secreto, lo cual fue imposible, en pocos días sus tierras fueron invadidas por hordas de aventureros europeos con nacionalidad gringa, a quienes el nuevo gobierno yanqui apoyó, logrando de esta manera, destruir toda la próspera región.
Los aventureros registraban las minas a su nombre sin importar que Suter era el verdadero dueño. El gobierno gringo tenía la consigna de desaparecer todo lo que había sido mexicano sin respetar los Tratados recién firmados y sin importar el precio. Se considera que en 1850 había en los terrenos propiedad de Suter más de cien mil aventureros en busca de oro. Hubo enorme cantidad de muertos, asesinados para arrebatarles el oro que encontraban. Era ya una tierra sin ley ni orden, en la que al final unos cuantos bandoleros se apoderaron de todo el oro.
Para 1850, sus propiedades estaban destruidas, por lo que Suter inició una campaña para recuperar sus tierras, se presentó ante el Juez Thompson quien era el 1er Magistrado de la Alta California3, y aunque le reconocían sus propiedades, solo le dieron largas, no le hicieron justicia. El 1 de Septiembre de 1854 lo visitaron dos generales yanquis quienes lo convencieron para que el 9 de Septiembre de 1854, desfilara como General del ejército al frente de tropas yanquis4
El 15 de Marzo de 1855, dictaron sentencia a favor de Suter, pero en forma inmediata hubo ataques a sus propiedades, por parte de los que días antes lo aclamaban, lo que más destacó para su desgracia, fue el incendio de su casa, muriendo dentro de ella dos de sus hijos.
El – ahora - General Suter llegó a la Capital gringa para que le hicieran justicia. Nunca lo recibieron las altas autoridades federales, ni lo atendieron. Era llamado “el loco”, se reían de él cada vez que solicitaba audiencia en el Capitolio o pedía ser recibido por alguna autoridad. Vivió como pordiosero (homeless) a las puertas del Congreso. Murió en una banca de parque público el 17 de Junio de 1880 a los 77 años de edad.
La voz popular en nuestro país supo siempre que fue uno más de los mexicanos eliminados de una u otra forma. Así le sucedió a todos los extranjeros5 y mexicanos que habitaron las tierras mexicanas de los territorios colindantes con Canada, Alta California, Nuevo México, Arizona y Texas, pues eran “tierras benévolas adonde llegaron - después de 1848 - arpías y serpientes venenosas”, como recientemente lo reconoció y confesó Donald Trump, actual presidente de los E. U.
Notas.-
1 Los rusos durante más de dos siglos pelearon contra los mexicanos por la posesión de tierras en la costa oeste de nuestra frontera con Canada y dicho sea de paso en 1790 habían sido desalojados de Alaska por tropas mexicanas. Ver entre otros, el libro “México fronteras con Rusia” de la colección México Heroico.
2 Equivalente a un terreno que por cada uno de sus cuatro lados, la longitud que pueda, el indicado, caminar en 20 horas al paso normal de un buen caballo.
3 En lo sucesivo se le denominó California, para tratar de borrar su verdadero nombre original.
4 Es necesario aclarar que dichas “tropas” estaban integradas por aventureros europeos atraídos por la propaganda diseminada en Europa invitando a todo ciudadano a colonizar las nuevas tierras, pero al llegar a E. U., se les “pedía” ingresar al ejército para obtener la nacionalidad y después ya podían hacer vida civil.
5 Es necesario rescatar la historia de que en el Siglo XIX, después de la Independencia, llegaron muchos europeos por voluntad propia a la República Mexicana y en casas de nobles y de grandes comerciantes, hubo sirvientes ingleses, italianos, europeos en general. Al menos así sucedió en la Capital, en el Estado de México y en otras ciudades. Después de 1848 la gran mayoría emigró hacia E. U.
Dios, ten piedad y misericordia de Meshijo Tenochtitlan Anahuac
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